Recuerdos.

Sabanas desangradas de recuerdos, heridas que sangran poemas,

soy oasis en desierto, pero nadie me encuentra, solo van hacia espejismos,

tengo un puñado de poemas rotos, si quieres, podemos reconstruirlos, en mi cama o en la tuya, si quieres,

la lluvia cae en las aceras borrando todo rastro de recuerdos,

he cambiado los muebles de sitio; Y los recuerdos,

triste, como aquel juguete con el que el niño se canso de jugar y dejo de lado,

prometen la luna pero solo dan escombros,

déjame pudrir mi tristeza en tus labios,

hay precipicios por donde vale la pena tirarse; Ya sabes lo que hacer con mi vacío,

el amor se gasta como la tinta de un bolígrafo,

mi alma sangra poemas,

tengo un alma construida a base de versos, si quieres te los recito,

si quieres saber como es el tacto de mi alma tan solo tienes que acariciar mis poemas,

me apuesto el alma y subo un verso,

me juego el alma en cada verso,

siempre guardo un verso bajo el alma,

-¿Donde versamos en tu alma o en la mía? dijo el poeta.

Poema corto.

«Si cojo tu vida la resucito; Trae tus cenizas, que te las convierto en ave fénix,

píntate los labios de carmín, haz mi vida de color,

te traigo versos de cristal, que se parten antes de tocar alma,

besos de mentira, de esos que te dejan el alma tiritando,

puedo hacer que te tiemblen las piernas con estos dedos de escritor que solo saben que escribir poemas, sobre el papel o sobre tu piel,

tengo gruesos labios, para marcarte mejor cuando te vayas de mi lado,

si buscas príncipes azules yo soy tu tipo, estoy hecho de tinta,

no me mires con ojos de medusa que este corazón hace tiempo que es de piedra,

cuando llames a la puerta pregunta por mi soledad, y tráete un poco de tu presencia,

déjame ver el universo que hay bajo tu falda,

tengo heridas cicatrizadas que aun supuran recuerdos,

debajo de mi cama puedes encontrar infinidad de sentimientos cobardes,

mi colchón esta harto de soportar el peso de tanta tristeza, y mis sabanas hartas de tapar tan grande soledad que me rodea,

si quieres te enseño el camino de la puerta de mi casa hasta la cama, y me aprendo el camino desde tus labios hasta tus piernas,

pero no me enseñes el camino de mis versos hasta tu alma que ese me lo se de memoria,

 «El amor es como un poema corto y otro largo, puede ser corto e intenso, o largo y aburrido.»

Versoterapia.

El pecho rajado, la marca de sus uñas clavadas, soy un sin corazón desde que ella se lo llevo de mi lado, mirando al suelo, solo me acompaña mi sombra y una botella cada vez más vacía, un alma cada vez mas sombría, esta oscuridad no la alumbra ni la luz del día, al final solo nos recuerdan las aceras, cuantas cosas han sucedido sobre ellas, cuantos besos, cuantos polvos, cuantas promesas y sueños rotos, prefiero no mirar atrás y escribir hacia adelante, porqué de pie solo siguen los valientes, o sino mira la luna, está sola y no llora, o a lo mejor es que por mucho que grite nadie la escucha, a lo mejor es que se ahoga en silencio, el dolor le devora, va perdiendo brillo, pero aun así sigue alumbrando, sigue clavándose en mi mirada, yo embobado como un lobo, escribiendo sobre este dolor lo domo, a este árbol de navidad le falta la estrella, pero que más da, solo es un adorno de tantos, sigue más verde que nunca, porqué el dolor caduca y el tiempo educa, vivo en mi ciudad de papel, donde convierto todo es poesía, puedes dar un paseo entre mis letras pero no la hagas arder, he vistos labios firmando la paz en puentes, y en poco tiempo esos mismos besos precipitándose al vacío en forma de lágrimas, vaya enamorados los de hoy en día, lo tiran todo a la basura cuando les entra la fatiga, hagamos un baile de almas, practiquemos la versoterapia, antes de besarte voy preparando la soga, tarde o temprano será tu recuerdo quién me ahoga, quiéreme con estos pelos de loco, de bueno tengo poco, déjame escribir con mis yemas sobre tu coño, que salga de ahí las lágrimas y no de tus ojos, mi espalda tu folio, donde escribes a base de arañazos versos imborrables mientras me corro, al final siempre vuelvo a lo mismo, a la misma habitación oscura, donde las paredes soportan tantos recuerdos, en la misma silla, con la misma pluma, escribiendo en el mismo cuaderno, mientras le doy un trago a la misma botella, que alivia, pero no cura, porqué a mi nada me salva, en mi baraja solo hay reinas sin corazones, y es que hay miradas de enamorados, que se pierden con tan solo un giro de cabeza, por eso hay que aprender a mantener la mirada…

«Cuando se apague la luna, se apagará el poeta.»